Cómo no, en Estados Unidos tenía que pasar. Concreta mente, Florida fue el sitio donde sucedió. En medio de un concierto en plan fiesta de colegas de la banda de hardcore Broadmoor, un repartidor de la cadena Domino’s Pizza apareció y cogió el micrófono nada más y nada menos que para empezar a cantar, tras lo cual lo soltó y empezó a hacer esos típicos movimientos del público de los conciertos de hardcore que se asemejan al de un ictus cerebral mezclado con capoeira: lo sentimos, no tiene sentido alguno.

Vídeo del repartidor repartiendo

No sabemos si nos hace gracia, si nos da un poco de vergüenza ajena… decidid vosotros acerca de lo sucedido. Nuestras condolencias a las pizzas que llegaron tarde y frías de los siguientes clientes que iban después de estos chavales,  si no llegan en 30 minutos, ¡son gratis!