Doyle (Misfits) defiende a Lars Ulrich y ataca a Spotify

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Hace 19 años que el baterista de Metallica, Lars Ulrich, emprendió acciones legales contra la plataforma Napster cuando se descubrió que una demo de la canción “I Disappear” rulaba por Internet antes de ser publicada. La lluvia de críticas hacia el artista danés fue enorme. En cambio, muchos artistas entendieron su postura. Y lustros después, siguen defendiendo a Ulrich. Más si cabe con las actuales plataformas de música en streaming (legales) al alcance de los consumidores. El último en hablar de ello de forma pública ha sido Doyle Wolfgang Von Frankenstein, guitarrista de Misfits. En una entrevista con “The Liquid Conversations”, Doyle habla y se desahoga sobre los cambios en la industria desde la creación de Misfits hace 4 décadas.

“Lo que más apesta es que todos roban música. Te gastas unos cien mil dólares para hacer álbum y, simplemente, todos esos jodidos gilipollas lo están robando. Después quieren más. Y resulta que luego eres un imbécil, porque estás haciendo un meet and greet después de conciertos por 50 putos dólares para compensarlo. Algo que no quieres hacer. Crees que quiero conocer a todas esas jodidas personas? No. Cuando termine, quiero darme una ducha e irme a dormir”.

Doyle añade que las penas y multas por robar música deberían ser mucho más duras que las existentes. Tampoco cree que la solución pasa por publicar los discos a través de su propio sello discográfico, ya que cuando lo compre una persona, existe el riesgo de que se comparta gratis a través de Internet.

Cuando escuchas una canción de Misfits a través de Spotify también les estas jodiendo a Doyle. A lo mejor no directamente, pero los beneficios que obtiene en esta plataforma de música streaming es ridículo. No dice cifras exactas, pero se calcula que cada artista recibe unos 100 dólares en derechos de autor cuando una canción supera las 704.000 reproducciones. La novia de Doyle (Alissa White-Gluz, cantante de Arch Enemy), acudió a las oficinas de Spotify para enterarse de estas regalías.

Doyle confiesa que menos mal que no estuvo presente, ya que cuando se enteró de las cantidades monetarias que podría embolsarse, hubiera entrado en cólera y el mobiliario de las oficinas hubieras sido destruido. Por todo ello defiende a Lars Ulrich y su polémico juicio contra Napster.“Tenía razón cuando demandó al jodido Napster. Y todos pensaron que era un imbécil. Él no lo hizo por él ni por el maldito dinero. Lo hizo para jodidos idiotas como yo”.

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