[Live Review] Lava Fest 2 en Club Camce: Un ritual de fusión en el metal extremo
El sábado 27 de julio, se realizó la segunda versión del Lava Fest, después de 11 años, en el Club Camce, situado en un clásico barrio de Santiago.
En una grata aleación de brebajes y metal nacional de diversos estilos en su parrilla, la producción estuvo a cargo de Bar Trüf y Obalo Producciones. Contando con un sonido e iluminación de primer nivel, en una congregación de buena música, con la mejor selección de cervezas en Chile. En presencia de marcas chilenas premiadas mundialmente como Trüf , Jester, Caudillo, Cuello Negro, Mil Demonios, Bellange y Heritage, Incluyendo en esta edición, un vaso conmemorativo exclusivo y reutilizable, que nos permitirá recordar ese maravilloso encuentro, y al mismo tiempo cuidar el medio ambiente. Por primera vez, los asistentes a un evento de metal pudieron elegir entre mas de 10 variedades de cervezas, a un precio justo, que partió en $2500 y llegando a $4000, todo con el fin de disfrutar con ganas y saciar la sed de los metalheads.
Los encargados de abrir el ritual fueron los oriundos de Concepción (Hualpén). La banda de black metal, Abenadar, quienes se posicionaron con seguridad para oscurecer todo, en la apertura de esta segunda versión. Un proyecto blasfemo, nacido en el año 2012 pero que vio recién la luz el 2022, presentando parte de su Demo Rehearsal MMXXI (2023), y presentando su formación compuesta por su fundador Alcoholicsodomiser en guitarras distorsionadas, unas baterías malignas por Blast massakre, Sombrío en un bajo pesado y Hastur en la voz gutural y desgarradora.
Una propuesta musical, que deambula entre el esoteric y ritual black metal, con un sonido despiadado, crudo y ácido, que nos sorprendío gratamente por su calidad, donde se pudieron notar los primeros headbangings del público. Bajo un corpse paint en todos los integrantes, exceptuando a su vocalista, quien llevaba una máscara, capa y púas. Entregaron líricas que se basan en la vida, la muerte, la humanidad y cómo influye la religión en el ser humano. Influenciados directamente por bandas clásicas de este género, tanto de la escuela sudamericana como europea. Y, que en estos momentos, la agrupación se prepara para la pronta grabación de su primer full-lenght, y así poder seguir infestando con su existencia tenebrosa.
Más tarde, se presentaba Dr. Zaius, la emblemática banda de grindcore, con más de dos décadas de existencia, ofrecieron un show con su nuevo vocalista Chicho Escobar, quien también es miembro de Chronicus. Liderando una intensa presentación aplastante, que penetró hasta los huesos, se destacaron por su agresividad musical y voces alternadas entre guturales profundos y desgarradores propios del Pig Squeals. Tony Zaius en guitarra, generando riffs veloces y agresivos, mientras que en la batería, Carlos Escobar, con su doble bombo y blast beats, marcaron el ritmo de manera inflexible. Mientras que Critian Nilo en el bajo, aportaba la profundidad retumbante, para completar el ataque sonoro.
Considerados como un pilar del grindcore brutal chileno, exhibieron la cosecha vinculada a la tradición de un estilo vertiginoso y lleno de velocidad, desafiando los límites del género, con una presentación potente, y que nos mantuvieron en alerta constante, dando una paliza al público, que poco a poco se iba sumando a la velada. Dr. Zaius actualmente, se encuentra trabajando en su nuevo EP, prometiendo continuar con su legado de fuerza bruta.
Cuando ya eran las 7 de la noche, aparecieron en el escenario los santiaguinos de Coffin Birth, bajo un trecho de death metal de 9 años. Liderados por Alberto Parra en voz y guitarras, presentaron parte de su último split: La incontrolable espiral hacia la Muerte (2023). Caracterizados por riffs de guitarra pesados y oscuros, crearon una atmósfera densa y opresiva inspirada en los 90s. Sonando con una batería intensa y un ritmo feroz. El bajo aportaba una base prominente, que se complementó con las otras interpretaciones. Entregaron un show de braveza, bajo letras que exploraron temáticas de muerte, el horror y las enfermedades. Logrando sobresalir por su habilidad para fusionar elementos tradicionales del death metal, con su propio estilo chilenizado, creando una experiencia auditiva implacable, con olor a putrefacción y a cadáveres.
Posteriormente, Born in Saturn nos sumergió en un viaje a través de antiguas culturas y mitología sumeria, explorando una rica variedad de estilos desde el death, doom, progresivo, avant-garde y groove metal. En un show que destacó por la intensidad de sus guitarras, con riffs pesados característicos y ejecutados por Fran Tapia.
Logrando crear una atmósfera espesa, nos transportaron a un mundo sonoro lleno de profundidad y misterio. En batería, a cargo de Samuel Parra, alternando entre la intensidad del groove metal y el entorno pastoso del doom. Con ritmos rápidos y complejos,
Jorge Díaz, en el bajo, aportó líneas melódicas que enriquecieron la textura, dando una profundidad resonante a cada tema. Mientras que los teclados de Johanna Sánchez, jugaron un papel crucial, creando una atmósfera épica y mística melódica.
Auditivamente con un sonido que paseaba entre lo brutal así como lo elegante, con voces predominantemente guturales y profundas de Mauro Herrera, que ocasionalmente se tornaban limpias y oscuras. Por lo que gracias a su intensidad instrumental, se pudieron notar fuertes influencias de Bethlehem, My dying bride y hasta Moonspell. Con la habilidad de ofrecer un espectáculo en el que sus músicos tienen un toque cautivador y multifacético.
Finalmente, para cerrar esta versión del Lava Fest 2, se presentaba Diametral, quienes han dejado una huella musicalmente fuerte, tras un 2023 intenso en el que giraron en diversas regiones del país junto a grandes como Pentagram y Krisiun, y que han abierto shows tanto para Carnifex y Asking Alexandria. En esta oportunidad, el quinteto presentó parte de su esperado álbum “The Roots Of Modern Sins” (2024), el cual explora los pecados capitales desde una perspectiva contemporánea, vinculado con temas actuales, como el impacto de las redes sociales, y consecuentemente las nuevas formas de comunicarse. Material de estudio que será liberado en todas las plataformas, de manera paulatina durante este segundo semestre.
Se distinguieron en su presentación por su particular habilidad para fusionar melodías con brutalidad, entre el metalcore y el death metal, siendo su característica distintiva, mientras los asistentes disfrutaban de sus cervezas, junto a puños en alto en el Club Camce. En un show con riffs melódicos, y distorsionados de Eduardo Torres y Claudio Cárcamo, alternados con breakdowns intensos, poderosos y dinámicos, provocados por su baterista Miguel Torres. En una atmósfera envolvente, lograron capturar al público más purista y hasta los más curiosos, con técnicas que nos entregaron la energía y precisión necesaria de la noche.
El bajo de Emilio Ojeda, aportó una base sólida complementando las voces dotadas de growls de Osvaldo López, que entregaron una textura bestial tipo slam, falsecore y fry screams, intensificando la experiencia emocional de esta banda, que tiene complejidad y un dinamismo necesario.
Y cuando ya casi se acercaba el final, se encendió un mosh que coronó la máxima manifestación de euforia y satisfacción de los más fanáticos, momento en que Diametral lograba demostrar magistralmente técnica y emoción, entregando un cierre explosivo para esta versión 2024 del Lava Fest. Un festival que nos deja ansiosos por la siguiente edición, que sin duda será tan diversa y potente como esta, con la promesa seguir incluyendo cada vez una amplia gama de tipos de metal, asegurando que cada edición supere a la anterior en intensidad y calidad.
Review y fotografías por: Daniela Díaz Pedreros
