[Live Review] Atheist – Cryptopsy: Retorciendo los límites de la brutalidad
Miércoles 19 de febrero 2025 Sala Metrónomo
Lo que se vivió anoche en Sala Metrónomo fue una oda a la crueldad y el desbordamiento de adrenalina en masas. Y es que la noche del miércoles unieron fuerzas para desatar la cólera en Santiago, con su tour “Burn into Pieces”, las legendarias bandas de Death Metal Progresivo Atheist y Cryptopsy.
La apertura de la feroz jornada estuvo a cargo de Overtoun; estos chicos fueron directo al grano, dando rienda suelta al caos y a lo extremo con Toxin, animando a los primeros asistentes que iban llegando a la sala, los cuales demostraron su apoyo y respeto cantando y saltando los temas del conjunto. La banda se lució demostrando su destreza tanto en la fuerza de la voz de su vocalista (que luego participaría como bajista de Atheist), la tecnicidad y sincronía que había entre los músicos que golpean las cuerdas, además de una batería arrolladora que se hizo notar en toda la presentación. Sus temas prendieron a una parte de los espectadores, quienes se animaron a hacer los primeros mosh del evento. Finalmente, Overtoun cierra su impecable presentación con Pitch Black.
Es el turno de Atheist y el público se notaba tremendamente ansioso de escucharlos, algunos que los esperaban desde su última visita y otros que por primera vez podrían disfrutar de su presentación. Con unos minutos de retraso, por posibles problemas técnicos, de repente todo se oscurece, y el sonido de un sintetizador nos anuncia que se viene la aniquilación auditiva; salta al escenario Kelly Shaefer entonando No Truth, de su excepcional disco Piece of Mine, para continuar arrastrándonos hacia el abismo con los primeros solos delirantes de On They Slay, canción tiene momentos lentos, pero que inmediatamente nos devuelve a una cadencia agresiva con escandalosos riffs. La banda se dio un momento para compartir su emoción de estar de vuelta en nuestro país, agradecer el apoyo de sus seguidores, y comentar que Santiago era la primera ciudad de su tour por Latinoamérica, así que debemos sentirnos honrados por tal gesto. El show continuó con los temas Retribution y Brains, donde la fuerza de la batería arrasó con todo a su paso. Debo decir que captó toda mi atención la variación que existía entre un riff y otro, lo que demuestra la gran habilidad musical de Atheist, además de esa capacidad de enlazar el jazz fusión con el metal, lo que resulta en un sonido fascinante. Creo que el punto álgido de la esta presentación fue con Room with the View. Definitivamente las líneas del bajo se robaron toda la atención y hace de esta canción un deleite, aparte de esos cortes thrasheros que se encuentran entre medio, pero que no desordena la estructura del tema. Para no ser una fan del progresivo, debo decir que disfrute de Atheist tanto como su fanaticada que coreaba sus temas, mosheaba y hacía air guitar con cada solo. Realmente se me pasó el tiempo volando con los chicos oriundos de Florida, y es que dieron una clase magistral de metal progresivo. Bueno, por algo son los pioneros en su género.
Por fin llegó la hora del derramamiento de sangre, de sentir la brutalidad en su máxima expresión, de que nuestras cabezas y cuellos sean taladrados por las tonadas más monstruosas e impuras que puedan existir: era la hora de presenciar el virtuosismo macabro de Cryptopsy. Los sanguinarios canadienses partieron el eufórico reencuentro con la veloz y salvaje Slit your Guts, tema de su disco None so Vile, un clásico e imprescindible de cualquier oyente de death metal, siguiendo con Lascivious Undivine y Graves of the Fathers. Como ven, iban intercalando canciones de sus trabajos actuales y de antaño.
Es sorprendente presenciar la fuerza y la crudeza de las cuerdas vocales de Matt McGachy, ladestreza técnica en las cuerdas: riffs complejos y acelerados pero que caían en su punto en cada nota; la desaforada velocidad y frenesí en los blast beast que retumbaban en cada fibra de sus seguidores. La letalidad siguió su rumbo con Sire of Sin, Open Face Surgery, Serial Messiah, temas frenéticos pero que tienen sus breakdown para relajar algo el cuerpo mal trecho después de una cantidad de destructivos mosh, pero que vuelven inmediatamente al ataque sin ningún tipo piedad. Lo más siniestro de la jornada llegó al final, cuando Cryptopsy evocó Phobophile, una canción que se alza como ganadora en cuanto a los mejores y más demoniacos riffs provocando el más grande de los caos en el recinto. La masacre finalmente termina con Orgiastic Disembowelment que con sus notables grooves se llevó el último rastro de energía que quedaba de los presentes por agitar la cabeza por su bestial potencia. En resumen, fue una noche brutal que nos dejó un death metal de altísimo nivel, con bandas que innegablemente influenciaron a otras y forjaron un camino para que estas siguieran sus pasos, superando algunas incluso a sus maestros en los límites de velocidad, virtuosismo y técnica.
Review por: Rocío Muñoz
Fotografías gentileza de: Francisco Aguilar