[Live Review] METAL BEER 2025, una cita obligada con los clásicos

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23 de marzo 2025 Hipódromo Chile 

Una nueva jornada de metal y camaradería se avecina este templado domingo en el Hipódromo Chile en la comuna de Independencia.  Llega la segunda edición del METAL BEER, con dos grandes estandartes de la escena mundial: verdaderos clásicos que no necesitan presentación. SODOM y DARK ANGEL encabezan el cartel de este creciente festival, acompañados por la banda norteamericana de Metalcore ATREYU.

Desde la armada nacional, tendremos a una de las agrupaciones más insignes del metal chileno: SADISM, seguidos por el furioso Thrash/Crossover contestatario de DEZAZTRE NATURAL y la prometedora banda de Death Metal melódico con tintes de metalcore  DECESSUS.

Sin duda, será un cartel imperdible, donde los clásicos se encontrarán con las nuevas generaciones en un choque de estilos y épocas que unirá a todos los bangers. Prepárense para un domingo de cabezas sacudiéndose, cervezas levantadas y metal en su máxima expresión.

 

A eso de las 14:30 horas, abren los fuegos una de las agrupaciones más contestatarias de la escena: DEZASTRE NATURAL, quinteto de Thrash/Crossover con cinco discos de larga duración, una gira por Europa y un controvertido viaje a Cuba. Llegan listos para desatar su poderío en escena con un set breve pero contundente, repasando parte de su discografía. Destacó “La Bandera de la Muerte”, perteneciente a su más reciente placa, “Violencia Perpetua” (2024), un verdadero golpe directo al mentón. Su despliegue, aunque sencillo en esencia, demostró que con lo simple se puede llegar a mucha gente.

Uno de los puntos más álgidos de la presentación fue “77”, tema extraído de su disco “Auto-exterminio” (2016), dedicado a las setenta y siete “ratas” que, al más puro estilo nazi, glorificaron al dictador en el Cerro San Cristóbal hace años. Una interpretación furiosa que dejó claro que DEZASTRE NATURAL no solo hace ruido: hace temblar conciencias.

Ya avanzada la tarde, cerca de las 15:30 horas, llega el turno de DECESSUS, liderada por la imponente frontwoman Ignacia Fernández, cuya voz gutural, agresiva y técnicamente bien trabajada, arrasó desde el primer grito. La banda despliega un Death Metal melódico que, por momentos, coquetea con el Metalcore, ganándose a pulso su lugar en la escena. Aunque aún no han editado material bajo ningún sello discográfico, lograron hacer moverse y gritar a una gran cantidad de nuevos bangers que esperaban con ansias ver a Ignacia en acción. Su registro vocal, poderoso y feroz, es de esos que envidiaría más de algún vocalista experimentado. Con temas como “Traitor” y “My War of Pain”, entre otros, dejaron clara su propuesta ante una audiencia que seguía creciendo frente al escenario. DECESSUS no vino a prometer nada: vino a demostrar que el futuro del metal también puede llevar una voz femenina… y destrozarte los oídos en el proceso si fuese necesario.

Ya es el turno de una de las agrupaciones que puso el nombre del Death Metal en lo alto, una leyenda viviente de la vieja época de los conciertos en Sala Lautaro, me refiero a SADISM , liderados por Ricardo Roberts en las voces y Juan Pablo Donoso en baterías el cual no requiere más presentación llegan al recinto de Av. Hipódromo en la comuna de Independencia. Con un Death Metal interpretado a la perfección también al igual que las otras bandas anteriores mostraron un set acotado pero no exento de verdaderos ataques sonoros (en el buen sentido de la palabra claro) con temas como Exsanguination, Lower Astral Entities,  On Your Knees mostraron de que los años en el negocio cada vez más los acerca.

A las 17:30 llega el turno de los californianos ATREYU, liderados por su vocalista Brandon Saller, con su Metalcore potente y bien ejecutado. La banda recibió una respuesta más que positiva del metalero promedio chilensis, que los miró con respeto, pero también contaban con su propia fanaticada, que no tardó en desatar poderosos moshpits durante la presentación. Con cortes como “Drowning”, “Bleeding Mascara” (donde sorprendieron   con un intercambio de instrumentos) y “The Crimson”, entre otros, ATREYU dejó en claro que no venía a convencer a nadie… venía a romper todo y llevarse el escenario por delante.

Y así, entre explosiones de energía y gritos ensordecedores, cerraron la función dejando el escenario en ruinas y demostrando que el metal californiano no es solo un sonido, es una fuerza imparable y que tiene muchos adeptos al estilo en nuestro país..

 

El culto a lo clásico

 

Ya comienza a caer la tarde en el recinto y el viento enfría un poco la espera de una de las agrupaciones más emblemáticas del Thrash Metal de todos los tiempos. A las 19:10 horas, DARK ANGEL salta al escenario con un único objetivo: ¡destruirlo todo!

Con una formación de lujo liderada por los históricos Gene Hoglan y Eric Meyer, y el carismático (e inquieto) Ron Rinehart, un verdadero frontman que se echó al público encima desde el primer minuto, la banda mostró el más aguerrido y clásico Thrash Metal, ese Thrash primigenio y directo, sin adornos ni rodeos.

Durante casi una hora y media de presentación, repasaron su discografía con temas (o ataques directos a tu cerebro) como Time Does Not Heal, Never to Rise Again, No One Answers, The Burning of Sodom, Extinction-Level Event (adelanto de su nuevo material), Merciless Death, The Death of Innocence, Death Is Certain (Life Is Not), The Circling Fire Strikes (otro adelanto de su nueva placa), Hunger of the Undead, Darkness Descends, We Have Arrived y Perish in Flames. Una presentación sólida, sin mayores complicaciones, que demostró que las viejas glorias siguen en pie, así que, si alguien lo dudaba, es hora de tener mucho cuidado.

Y el gran final se acerca… a eso de las 21:00 horas, aparece en escena la máquina letal del Thrash Metal alemán, SODOM. Liderados por el carismático “Onkel” Tom Angelripper, para mí una especie de Lemmy versión teutona, junto al otro histórico del metal Frank Blackfire. ¿Les suena? Con una dupla así, sin duda tu cabeza se saldrá de su eje por el headbanging extremo.

El público estaba literalmente vuelto loco, destrozado por una selección de temas clásicos, un repertorio cargado al old school, desatando un moshpit infernal con bengalas incluidas.

Cortes como “Shellfire Defense”, “Jabba the Hut”, “The Crippler”, “Agent Orange”, “Let’s Fight in the Darkness of Hell”, “Proselytism Real”, “Sodomy and Lust”, “Blasphemer”, “Tired and Red”, “Fuck the Police” (tema que no tocaban desde 1997), “Conflagration”, “Nuclear Winter”, “Leave Me in Hell” (cover de Venom), “Outbreak of Evil”, “Exhibition Bout”, “The Saw Is the Law”, “Ausgebombt”, “Remember the Fallen”, y el broche de oro… un misilazo llamado “Bombenhagel”.

Destruyeron todo. Un certero ataque de Thrash Metal, una clase magistral de cómo se hacía (y se hace) música extrema… y de qué forma. SODOM dejó claro que no hay quien se les acerque. El Thrash sigue vivo y sigue siendo suyo.

Después de una jornada cargada de adrenalina, riffs infernales y moshpits desatados, queda patente que el metal no es solo música: es un estilo de vida. Desde los clásicos que forjaron la historia hasta los nuevos guerreros que se imponen en el escenario, cada acorde y cada grito demuestran que este fuego nunca se extingue. Cabe felicitar a la producción del evento, que llevó a cabo un trabajo impecable y profesional, dejando la marca de que cuando se junta metal y pasión, la experiencia es simplemente inolvidable.

 

Review por: Octavio Ramos

Fotografías por: Rocío Muñoz

 

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