[Live Review] Tim Ripper Owens en Chile: una lección de poder, voz y actitud

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24 de mayo 2025 Sala RBX  

Mayo, mes de los conciertos al parecer. No tengo recuerdos de un mes que haya tenido una oleada de eventos de metal tan nutrida y de primera calidad… No hay bolsillo que aguante, pero igual se agradece. En esta ocasión, sábado 24 de mayo, es el turno del regreso de un grande, de alguien que ya es de la casa. Me refiero al incombustible Tim “Ripper” Owens, un gigante, un hijo del rigor, que a punta de talento ha construido una carrera envidiable.

Reemplazó nada menos que al Metal God en Judas Priest, grabó dos discazos con ellos, fue vocalista de bandas como Iced Earth, Beyond Fear, Yngwie Malmsteen, y actualmente trabaja con su ex compañero de banda K.K. Downing como frontman de la poderosa KK’s Priest, con un registro vocal increíble, un crack con todas sus letras.

Mr. Owens regresa a Chile en el marco de su nueva gira sudamericana, con varias fechas en Brasil, Perú, Argentina y en distintas ciudades de nuestro país, como Rancagua, Concepción, Puerto Montt, y cerrando el tour nacional este sábado en Santiago. El lugar elegido: el ya mítico RBX en la comuna de Ñuñoa, un recinto caluroso como el mismo infierno, pero con un sonido increíble; ¡la mezcla perfecta!

Las bandas soporte fueron Cathalepsy, desde Valparaíso, y los chilotes de Camus (una banda que ya tuve el honor de ver cuando abrieron para otro grande: el tremendo UDO Dirkschneider). Heavy metal premium, sin duda alguna.

A eso de las 19:30 horas se da inicio a la jornada y Cathalepsy salta al escenario como un gladiador al combate. Liderados por su histriónico baterista Luigi Ansaldi y el guitarrista Fabián Valdés, cultivan un heavy metal técnico que cae en la vieja escuela del power metal al estilo Helloween en sus primeros trabajos. Los acompañaron músicos de sesión de lujo: Caco Espinoza (Iron Spell) y Juan Carlos Bustos en las voces, alternando entre tema y tema. Una propuesta distinta que, a modo personal, más que novedosa se ve algo enredada, pero el resultado fue óptimo. El set incluyó temas como Blood and Steel, Apocalypse, Gates of Darkness, Hammer Heart, Fight in the Sky, Heavy Metal Faith, y cerraron con We Are the Warrior, cantado por ambos vocalistas. Un broche de oro para una presentación sólida, que tuvo una excelente respuesta del público, que ya se hacía notar en buen número dentro del local.

Además, la banda tuvo un noble gesto: regalar unas heladas al público presente. Ese tipo de detalles engrandece a cualquiera. ¡Sólida presentación!

Avanzada la jornada, llegaba el turno de Camus, banda oriunda de la isla grande de Chiloé. Cultivan un heavy metal aguerrido, al hueso y contestatario, sin caer en cursilerías ni en acordes rebuscados. Como se dice en buen chileno: “dos cucharadas y a la papa”. Liderados por Sebastián Morales en voces, nos llevan a punta de riffs en un recorrido por el sur de Chile y su historia, con temas como Tierra y mar, Llanto y dolor, Desde la proa (dedicado a los tripulantes del Bruma, fallecidos en Coronel por la ambición desmedida de las grandes pesqueras), Newen, Ya todo se vendió, ¿Fin? y cerrando con Guardianes en el bosque. Heavy metal con un potente mensaje social y cultural, preservando tradiciones e historia del mítico archipiélago de Chiloé.

A eso de las 21:30 horas suenan los primeros acordes de Jugulator, tema que abre el disco homónimo de Judas Priest, y que también abre la presentación del maestro Tim “Ripper” Owens, acompañado por su banda soporte Made in Brasil, integrada por Bruno Luiz y Wander Cunha en guitarras, Fabio Carito en el bajo y Marcus Dotta en la batería.

Ripper tiene oficio, se nota. Su recorrido lo avala, con un registro vocal que sigue intacto, desatando la euforia del público que casi repletaba el local. Con un manejo de escena a la altura, adquirido sin duda a lo largo de su tremenda trayectoria, deja en claro desde el inicio quién es y por qué está ahí, frente a todos.

El show continúa con The Green Manalishi (versión de Fleetwood Mac, inmortalizada por Priest), que nos remonta a ese mítico registro en DVD Live in London (2002), donde la voz de Owens brilla con luz propia. Luego viene otra bomba: Burn in Hell, coreada con fuerza por todos, ejecutada con una precisión digna de un cirujano del metal.

El set sigue con Hellfire Thunderbolt, de su actual banda KK’s Priest, (una joya de culto sin duda) y más adelante aparecen más bombas como Beyond the Realms of Death (Judas Priest), Scream Machine (Beyond Fear), Blood Stained (Judas Priest), One More Shot at Glory (KK’s Priest), y When the Eagle Cries (Iced Earth). Luego, el homenaje a otro grande: el desaparecido Paul Di’Anno, con una potente versión de Wrathchild (Iron Maiden), uno de los puntos más altos del show, EMOCIONANTE.

Siguiendo con la descarga, llega Hell Is Home, uno de los mejores temas de Priest en el disco Demolition (2001), que para los que estuvimos ahí, no hay duda: ¡sonó cañón!

El cierre fue con tres clásicos de Judas Priest: Electric Eye, Living After Midnight y One on One. Heavy metal tocado a la perfección. Un show a la altura de las circunstancias, sin duda alguna, el maestro Ripper Owens vino a dar su lección y nosotros estábamos ahí para recibirla.

Una noche simplemente inolvidable… tres bandas, tres estilos, un solo lenguaje: el Heavy Metal. Lo de Ripper fue demoledor, una clase magistral de entrega, profesionalismo y poder vocal; queda claro por qué sigue siendo uno de los grandes. Cathalepsy y Camus dejaron la vara alta, demostrando que en Chile el metal se respira con pasión y se toca con el alma. El fuego del metal arde más fuerte que nunca… y nosotros estamos aquí para avivarlo.

Review por: Octavio Ramos

Fotografías créditos a Rubén Gárate (@brutal_pebre_ en IG) y a @benjamin_voorhees

 

 

 

 

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