SOU REVELA “X”: LA NUEVA PROPUESTA DE NEW WAVE Y DARK POP QUE CONQUISTA LA ESCENA NACIONAL
El dúo formado por Pia Carpanetti y Carlos Cleaver presenta su debut discográfico tras tres años de trabajo en las sombras
Después de tres años de gestación silenciosa, SOU (Sound of the Universe) rompe el mutismo con “X”, un álbum que redefine los códigos del new wave y dark pop nacional. El trabajo, compuesto por 10 tracks, surge como una declaración de principios de Pia Carpanetti y Carlos Cleaver, quienes han forjado una propuesta sonora que conecta la sofisticación del new wave clásico con la intensidad del pop contemporáneo.
“X” no es solo un debut; es una cartografía emocional construida durante la pandemia, cuando ambos músicos encontraron en la colaboración una forma de resistencia creativa. El resultado es un disco que abraza la complejidad sin renunciar a la accesibilidad, donde cada composición funciona como una ventana hacia territorios sonoros inexplorados en la escena local.
UNA QUÍMICA NACIDA EN LA ADVERSIDAD
El origen de SOU se remonta a los días más inciertos de 2020, cuando Carpanetti y Cleaver decidieron que el encierro no sería sinónimo de parálisis creativa. Lo que comenzó como sesiones de trabajo remotas evolucionó hacia una alianza artística que trasciende la simple colaboración. “Queríamos plasmar nuestras emociones y sentimientos en este disco. Trabajamos mano a mano para poder terminarlo”, explican los músicos.
La dupla asumió el control total de la producción y grabación, mientras que Mariano Pavez, reconocido por su trabajo con destacados artistas nacionales, se encargó de la mezcla y masterización, otorgando al álbum un acabado que compite con estándares internacionales.
UN SONIDO SIN FRONTERAS GEOGRÁFICAS
“X” construye su identidad sonora desde una perspectiva que abraza la elegancia melancólica del new wave y la intensidad emocional del dark pop. Las texturas sintéticas se entrelazan con melodías hipnóticas, creando atmósferas que evocan tanto la grandiosidad de Depeche Mode como la introspección de The Cure, sin olvidar la fuerza industrial de Nine Inch Nails, la energía electrónica de The Prodigy y el carácter ecléctico de No Doubt.
El álbum presenta una cohesión estilística que fusiona elementos ochentosos con house, tech y pop moderno, pero todo filtrado a través de una sensibilidad que privilegia la atmósfera sobre la agresividad, la sutileza sobre el impacto inmediato.