[Live Review] KORPIKLAANI: UNA FIESTA INOLVIDABLE DE FOLK Y METAL

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El sexteto finlandés arrasó con la sala Club Chocolate, la fiesta incluyó folk, metal, cervezas y mucha locura.

Jueves 30 de noviembre 2023 Club Chocolate

El movimiento de gente era lento en la entrada, daba la impresión de poco interés. Sin embargo, cerca del comienzo del show de la primera banda, el espacio Club Chocolate lucía mayormente repleto y la necesidad de música era dominante.

Con puntualidad apareció la primera banda, los nacionales Folkheim, un sexteto que ejecuta un folk black metal violento y brutal. Una batería destructiva que marca un ritmo frenético dominante; el bajo, preciso y firme, da espacio a dos guitarras crudas, veloces y técnicas; la voz, gutural y demoníaca, le da un carácter único y bestial; finalmente, el sonido de la banda se completa con un teclado permanente, pero no dominante, dándole una vibra folk a la inclemencia musical.

El setlist comenzó con ‘Asylum Ignorantiae’, una muestra de la autoridad y contundencia de la banda. Una mezcla entre death y black metal, el teclado dando el toque folk, tiene como resultado una violencia descomunal. Fue un corte destacado. Le siguió ‘Mientras las Oceánidas Suspiran Lacónicas’, una canción algo más fiestera, los teclados se lucieron, pero fue brutal igual, una batería que pasa por ritmos death, thrash y black, complementada con una voz espectacular, más los coros de uno de los guitarristas, dejan uno de los momentos altos de la noche. Le siguió ‘Cherubic Anguish’, también con un vibra más festiva, en un momento se volvió thrash sacando el primer mosh de la noche, el teclado le da sucesivos cambios y adornos al ritmo, pero es consistente en la esencia metalera, es uno de los cortes más pesados del setlist. La noche continuo con ‘Kiepja’, (¿el mejor de todos?), brutal y contundente, con muy poco de folk, buenas secciones donde canta el guitarra, el tema es bestial. El cierre de la corta, pero consistente y potente presentación, fue con ‘Vaai Honga Kaina’, el que comenzó con una suerte de ritual iniciático o de sanación (fue un momento especial), lo que dio paso a un death thrash potente y directo, los teclados acompañaron con simpleza, la batería fue el eje del tema, con rigor suficiente para ser death metal sin folk. Lamentar lo corto del show, tan solo treinta minutos, porque Folkheim es una muestra nacional de la contundencia que puede alcanzar el metal con tintes folk. Aplausos para los chicos.

La energía del público estaba en lo alto, y la espera del show de fondo, aceleró las pulsaciones y la impaciencia. Mientras se acomodaba el escenario, el espíritu festivo crecía junto con la cantidad de asistentes (el lleno ya era total), un buen ambiente que puede reflejarse en el disfraz de uno de los asistentes: un casco (iluminado) y un martillo de Thor artesanal, hermoso.

A las nueve en punto, Korpiklaani, uno de los clásicos del sonido folk finlandés, tomó por asalto el escenario y la fiesta comenzó. La propuesta del sexteto es precisa: sonidos thrash que se intercalan con partes folk, la batería y el bajo marcan, el guitarrista juega un rol armónico junto al violinista y el acordeonista, mientras la voz cierra la fiesta y la locura. Me quedó la impresión de que el setlist puede dividirse según la velocidad de cada canción; algunos cortes rápidos, thrash en esencia con tintes folk, mientras que otros, en cambio, son cortes más acompasados, donde el lado folklórico es predominante. Sin embargo, todos tienen algo en común: una fiesta y locura generalizada.

Siguiendo esta lógica, el lado thrash y violento consistió de los siguientes temas: ‘A Man With a Plan’ (buen comienzo de show, locura de entrada); ‘Wooden Pints’ (mantuvo la demencia en el público, el mosh giró sin descanso); ‘Happy Little Boozer’ y ‘Journey Man’ siguieron la línea de alcohol, mosh, fiesta y alegría. ‘Jägermeister’ se hizo sentir, corta pero buena, thrash de las connotadas. ‘Pixies Dance’ subió la temperatura y se destacó con personalidad, un corte instrumental, donde se lucieron el violinista y el acordeonista. ‘Viima’, canción thrash folk metal, un corte ondero y rápido que desordenó a los asistentes con un mosh endemoniado. ‘Leväluhta’ fue de los puntos altos de la noche, thrash de alto vuelo y crudeza. El siguiente en la lista fue ‘Niemi’, acelerado, con un violín predominante, que enloqueció a los asistentes.

El setlist más cercano a los sonidos folk, pero igual de intenso y festivo, estuvo compuesto de: ‘Pilli on pajusta tehty’, ‘Sanaton maa’ e ‘Ievan polkka’ los que se ajustaron a la tradición folk de la banda, menos thrash, con dominio musical del violín y del acordeón, la batería moviéndose a ritmos más pesados y menos rápidos, sin embargo, la fiesta no para. La alegría reinante se observa y se multiplica, el baile y la locura son interminables. ‘Gotta Go Home’, cover de la banda alemana Boney M., subió la temperatura con un pop pegajoso y ondero. ‘Tuli kokko’, la siguiente canción con carga folk de la noche fue especial, pues contó con la notable participación del público: buena parte de los asistentes se sentaron en el piso y comenzaron a remar (me recordaron la presentación de Alestorm) realizando una muy buena performance, fue uno de los puntos altos del setlist. ‘Pidot’, la siguiente con carga folk, fue brutal a su tiempo y ritmo, moviendo al público sin descanso. ‘Kipumylly’, con impronta folk, fue el momento en que el vocalista interactuó con el público consolidando la relación y dándole mucho más calor al ambiente festivo. ‘Kotikonnut’, fue otro con una vibra folk, un solo del acordeonista subió la temperatura y se convirtió en otra destacada. ‘Metsämies’, la siguiente, enloqueció a todos con un ritmo propio, el mosh fue increíble y enfermo. A modo de reflexión, resulta curioso constatar que todos los temas mueven al público independiente de su ritmo, Korpiklaani es una banda especial. ‘Ämmänhauta’, un corte más rock con tintes folk, mantuvo la temperatura en lo alto, otro destacado de los sonidos folk de la banda.

El cierre del show fue a todo thrash: ‘Saunaan’ (una canción nueva que mantuvo el descontrol con un mosh intenso y veloz); ‘Tequila’ (una de las famosas de la banda, buen thrash y le sumaron un solo del baterista, convirtiéndose en una canción imponente); ‘Beer Beer’ y ‘Vodka’ pusieron el punto final a la velada, lleno de thrash, alcohol y con algunas personas saltando desde el escenario, un buen cierre para una muy buena fiesta.

En evidencia quedó la relevancia y el arraigo de los finlandeses con los fanáticos nacionales, las muestras de afecto, de respeto y fascinación fueron una constante. La impronta y calidad de la banda fueron suficientes para construir una festividad única e inolvidable.

Review por: Felipe Reyes

Fotografías por: Francisco Aguilar A / @franciscoaguilar.ph

 

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